26/07/2007

Três Poemas em Tradução Argentina

Já lá vão uns anitos, a minha querida amiga porteña Gabriela López Zubiría decidiu traduzir-me três poemas. Um deles (Retrato de Señora) terá sido apresentado num espectáculo em Buenos Aires, mas não sei pormenores. À alegria da surpresa e da oferta, juntou-se-me um sentimento de alteridade muito curioso, já que, assim tão formosamente traduzidos, os ditos poemas me parecem coisa alheia. De certo modo, assim é: buenosairando-os, por assim dizer, Gabriela tornou-os dela. Pois para ela são, precisamente.




PEDIDO

Dame uno de los colores del otoño para tatuarlo en mi destino.
Préstame la absolución de la palabra que no permite descarrilar los sueños.
Concédeme el código que cifra mi mano izquierda.
Explícame la cosmogonía de la arquitectura de la oreja.
Devuélveme el tiempo pasado, solo, desde una taza de café en una estación de trenes.
Enséñame la muerte, para que la vida no se ría de mí.
Llévame de la mano al mar.
Sacúdeme los pies como una ola que rompe.
Píntame de agua para que sepan cuánto lloramos.
Cúbreme de sal o de sangre para que los bichos coman.
Recuérdame una espera que ya no cuenta.
Multiplícame por lo incontable.
Explícame por que razón ningún relámpago regresa a la luz.
Hazme entrega de todo el correo devuelto.
Corre la arena que entorpece el paso.
Asesina todas las postales que no compensan la distancia.
(Asesíname en todas las fotos que no compensan la distancia).
Méteme en un saco.
Mándame para Alaska.

Desde allí te pediré más nieve.



RETRATO DE SEÑORA

De tu sonrisa haría una película, si la lengua lo permitiese.
La pequeña boca recortada a cuchillo con labios de manzana,
caída la cáscara de un beso.
Aceitunas? Dos: los ojos.
Ancas (caderas) de potra madura.
El resto, orgánica mujer.
Pies simples, desnudez de uñas que geometrizan.
Barriga donde un ombligo vale la cosmogonía.
Poco tiempo para tanto amor, tanto engaño.
La leche hierve en el hervidor, que gas es efervescencia
masculina: rosa azul.
Una zamba, un fado: dos orejas, un solo ritmo.
Esta señora mía crece en la sombra del cuarto, corrompida de
luz: si le quito la z, queda luna (lua en portugués).
Otras cosas puede (debe) un hombre decir a una mujer: desde
que le llame señora.
Historia antigüa: un hombre, una señora. Cuántas canciones acausa de esto, ¿verdad?
También puedo hablar de fútbol, pero no hoy. Hoy, principio
eterno de siempre, es contigo, señora.
Manos vegetales donde la sal se mineraliza.
Costas de planalto difícil, donde el plumón de vello se adiciona
en lomada curvatura.
Terminación montículo, en bajo: pura carne es la del amor.
Después, lunes, martes, otros días.
Tener una señora es tener el domingo preso en casa, no se si
los señores lo saben.
Solo con las (nostalgias) saudades, lo recuerdo.
Sé que esto es difícil para los señores.
Tampoco es fácil para
mi.
El resto? Orgánica vida: geometría de uñas, cosmogonía,
ombligo y su extensión, trópico de cáncer, capricornio, ecuador y
que dolor.

En otras palabras, amor.



CARTA DE ENERO ÁSPERO PARA NADIE

Soy de la tierra de nadie.
Conozco poco del mundo.
Hablo poco, también.
Tengo algunos versos, una rosa, ningún dinero.
Veo que no es.
Siempre se donde no estás.
Un árbol es un pulmón expuesto.
Como un amor herido.
Respiro como si practicara una lengua extranjera.
Comprendes?
No necesito oir.
No necesito saber.
Hubo tiempos en que no todo fue así.
Otros tiempos.
Difíciles, ellos también.
Pero, qué soy yo?
Bebo el aire de la tierra,
Sangro palabras oscuras.
El silencio en los hombros como una azada.
De lejos viene el dolor.
De más cerca la alegría.
La conozco: oí hablar de ella.
No sé para donde fue.
Sé tan pocas cosas.
Ahora es hoy.
Tengo una colección completa de hoy
Respiro.
Calma.
Un nervio (vigor) de hierro.
Una lentejuela de oro.
Una boca de gato.
Un zapato perdido.
Colecciono idas.
Alimento la sombra.
Trago el sol.
Soy de la tierra del agua.
Si pudiera, sería un pez.
No soy.
Nunca más seré animal.
Sólo cuando muera.
Ahora la luz.
La maza de oro.
El caballo de sangre.
La sombra del tiburón.
Desaparezco sin temer (temblar)
Nunca más he de temer (temblar)
Conozco la salud del fruto.
La muerdo.
En una casa antigua, una flor nueva.
Orina de cachorro viejo.
Sombra pisada de hombre.
Abuela de puntilla en la ventana.
La ciudad veraniega.
El Verano ciega.
Brasas, azucenas, cigarras.
Cigarros.
Mi vida.
Mi vida es de nadie.
No me mires.
No estoy.

Pero llámame.


Daniel Abrunheiro
Traducción: Gabriela López Zubiría

2 comentários:

José Antunes Ribeiro disse...

Excelentes os poemas, excelente a tradução!
Bom Dia, Daniel!
Um abraço.

Daniel Abrunheiro disse...

Que todos los días con sus noches te sean buenos, mi querido Amigo Zé.

Canzoada Assaltante